Wednesday, April 15, 2009

COMPRENDER A UN ENEMIGO


"El amor y los resentimientos son sustancias atómicas incompatibles. En el amor no puede existir resentimientos de ninguna especie. El amor es eterno perdón.
Existe amor en aquellos que sienten angustia verdadera por los sufrimientos de sus amigos y enemigos. Existe amor verdadero en aquel que de todo corazón trabaja por el bienestar de los humildes, de los pobres, de los necesitados.
Existe amor en aquel que de manera espontánea y natural siente simpatía por el campesino que riega el surco con su sudor, por el aldeano que sufre, por el mendigo que pide una moneda y por el humilde perro angustiado y enfermo que fallece de hambre a la vera del camino.
Cuando de todo corazón ayudamos a alguien, cuando en forma natural y espontánea cuidamos el árbol y regamos las flores del jardín sin que nadie nos lo exija, hay auténtica generosidad, verdadera simpatía, verdadero amor."


Es urgente acabar con el egoísmo, y cultivar el Cristo-centrismo. Sólo así podemos hacer un mundo mejor, es indispensable eliminar la codicia y la crueldad que cada uno lleva dentro, sólo así, sólo cambiando el individuo cambiará la sociedad porque esta, sólo es la extensión del individuo. Hay dolor, hay hambre, hay confusión pero nada de esto se puede eliminar mediante los procedimientos absurdos de la violencia, quienes quieren transformar el mundo basándose en revoluciones, de sangre y aguardiente o con golpes de estado y fusilamientos, están totalmente equivocados, porque la violencia, sólo engendra más violencia, y el odio más odio. Necesitamos paz, si es que queremos resolver problemas, necesitamos paz si es que realmente queremos salvar a AMÉRICA LATINA.


NO SE DESHACEN LAS TINIEBLAS A MANOTAZOS. SINO TRAYENDO LA LUZ. TAMPOCO SE DESHACE EL ERROR COMBATIENDO CUERPO A CUERPO CON ÉL, SINO DIFUNDIENDO LA VERDAD, SIN NECESIDAD DE ATACAR EL ERROR. TODO CUANTO LA VERDAD AVANCE. TODO ESO EL ERROR HABRÁ DE RETROCEDER, NO HAY QUE RESISTIR AL MAL SINO PRACTICAR INCONDICIONALMENTE EL BIEN Y ENSEÑAR SUS VENTAJAS POR LA PRÁCTICA, ATACANDO EL ERROR PROVOCAREMOS EL ODIO DE LOS QUE YERRAN, Y ASÍ DE EQUIVOCADOS LLEGARÁN A HACERSE MALOS.
ATACANDO EL MAL PROVOCAREMOS EL RENCOR DE LOS MALOS, Y ASÍ LOS MALOS SERÁN PEORES.

COMO DISOLVER ENEMISTADES

Se controla el enemigo y se disuelven las enemistades, con la siguiente Clave:
Acuéstese el discípulo en el lecho. Relaje todos los músculos del cuerpo.
Adormézcase tratando de concentrarse en el corazón del enemigo. Imagine a ese corazón como un Sagrario que guarda amor infinito.
Mentalmente deposite en ese corazón el retrato del propio discípulo. ¡Un retrato lleno de amor! Luego, imagine mirar el entrecejo de ese enemigo. Deposite entre las dos cejas, dentro de la mente de ese enemigo, el retrato, pero lleno de un amor intenso.
En esta práctica, es necesario que el discípulo sienta un verdadero amor por aquel enemigo que odia al discípulo. Entiéndase que no se trata de fingir amor: es indispensable llegar a sentirlo por el sujeto aquel que odia, por el enemigo.



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Wednesday, April 1, 2009

LA SEMANA SANTA




La semana Santa tenemos que vivirla dentro de nosotros mismos aquí y ahora, en la gran obra.

El Génesis de Moisés y el Apocalipsis de San Juan se complementan. Conviene que echemos un vistazo a la Biblia y que estudiemos la coordinación existente entre el Génesis y el Apocalipsis.

Vamos a abrir, aquí, las sagradas escrituras. En el Génesis dice: "en el principio creo Dios los cielos y la tierra, y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas. Y dijo Dios: ¡Sea la luz!, y fue la luz, y vio Dios que la luz era buena, y separó Dios la luz de las tinieblas, y llamo Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche, y fue la tarde y la mañana un día". Ese es el primer día del gran trabajo de la semana Santa, en el que hay que "separar la luz de las tinieblas". El iniciado tiene que bajar entonces a los mundos infiernos y conocer el secreto del abismo: el secreto de Malkuth, el secreto de los Kliphos y de la "muerte segunda ".

"Luego dijo Dios: halla expansión en medio de las aguas, y separó las aguas de las aguas, hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión de las aguas que estaban sobre la expansión, y fué así, y llamó Dios a la expansión cielo, y fue la tarde y la mañana el día segundo". Ese es el segundo trabajo que hay que hacer; es el segundo trabajo alquímico y hay que "separar las aguas de las aguas". Ténganse en cuenta que cuando habla de "aguas", se está refiriendo el Génesis a esas aguas espermáticas del primer instante, al "caos metálico" de la alquimia. Es claro que en ese esperma está, dijéramos, el alma del mismo semen, el alma del caos, (el "alma" es el mercurio de la filosofía secreta). Hay que "separar las aguas de las aguas", o mejor dicho, separar las aguas superiores. La "leche de gallina" (como se dice en alquimia), el mercurio de la filosofía secreta, el "alma metálica" del azogue, debe ser separada de la parte bruta mediante la transmutación; eso es obvio.

Son tres tipos de mercurio: primero, mercurio en bruto o esperma; segundo, el "alma metálica" del mercurio, constituida por las corrientes seminales que suben por "idá" y "Pingalá", y el tercer mercurio aparece cuando los átomos solares y lunares del mismo mercurio hacen contacto en el "tribeni", cerca del coxis, despertando la Kundalini. El fuego sagrado, el azufre, y entonces este fecunda al mercurio y se forma el tercero que viene a penetrar por "Sushumna", es decir, viene a ascender por la columna espinal hasta el cerebro, y es con ese tercer mercurio (con el excedente de ese mercurio), con el que viene a cristalizar el cuerpo astral, y mucho más tarde, en una octava superior, el mental y después el causal. Así, pues, "separar las aguas de las aguas" es indispensable y se hace mediante la transmutación. Ese es el segundo día de la creación.

"Dijo también Dios: júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase la seca. Y fue así, y llamó Dios a la seca tierra, y a la reunión de las aguas llamó mares, y vio Dios que era bueno. Después dijo Dios: produzca la tierra hierba verde, y hierba que de semilla, árbol que de fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra, y fue así. Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza y árboles que da fruto, cuya semilla está en él según su género, y vio Dios que era bueno, y fué la tarde y la mañana del día tercero". He ahí, pues, el tercer trabajo: la creación (el tercer día) del tercer vehículo, del cuerpo astral o vehículos sideral, el cual debe "llegar a tener fruto". ¿Y cuando tiene fruto? Cuando ya es un vehículo de oro puro, es cuando ya ha tenido fruto el cuerpo astral, donde está, dijéramos, la "semilla".

"Dijo luego Dios: halla Lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche, y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por Lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra y fué así, que hizo Dios las dos grandes Lumbreras: la lumbrera mayor para que enseñorease en el día y la lumbrera menor para que señorease en la noche. Hizo también las estrellas y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno, y fué la tarde y la mañana del día cuarto." Aquí es cuando ya viene uno a darle forma a la Cuarta Iniciación, cuando Cristifica, en la Gran Obra, el Vehículo de la Mente (eso es importantísimo). Entonces esas "señales" que se ven arriba: el Sol, la Luna, las Estrellas y toda esa cuestión, está relacionada con la Sabiduría Hermética, porque en el mundo de Netzah es donde encuentra uno el Conocimiento Hermético. De manera que resulta muy interesante eso del CUARTO DIA, que tiene que ver con la Cuarta Iniciación. Continuando, veremos lo siguiente: "Luego dije Dios, produzca la tierra seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie, y vió Dios que era bueno, y Dios los bendijo diciendo fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas de los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue a tarde y la mañana del día quinto".




Bien se sabe que en la quinta Iniciación, que corresponde al Mundo Causal, tiene uno que hacerse amo de los elementos, aprender a manejar todo aquello que tenga vida, hacerse señor del fuego, de los aires, de las aguas y de la tierra; aprender a manejar los poderes de la Naturaleza, y ésto solamente es posible trabajando sobre uno mismo. Por eso les decía que antes de intentar manejar los elementos de la Naturaleza (los "Elementales" del fuego, del aire, del agua y de la tierra), tiene uno que aprender a manejas los propios: aprender a manejar los Elementales atómicos del Esperma, aprender a manejar los elementales atómicos del fuego sexual , aprender a manejar los silfos de la propia Mente (eso se llama hacerse amo de la propia Mente), y aprender también a manejar los gnomos atómicos que forman la carne y los huesos, hacerse amo de los elementales atómicos dentro de sí mismo. Tiene uno que hacerse amo de su propio cuerpo para hacerse amo de la Naturaleza. No podría uno llegar a manejar los "Elementales" del Universo si no ha manejado sus propios elementales atómicos, los de su cuerpo. Todo eso se aprende en el quinto día de la Creación.

"Luego dijo Dios: produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así, e hizo Dios animales de la tierra según su genero, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie, y vio Dios que era bueno. Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo, varón y hembra los creo (es muy importante esto; indudablemente, es bastante importante). Y los bendijo Dios y les dijo: fructificad y multiplicaos, llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces El mar, en las aves de los cielos y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. Y he aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla, os serán para comer, y a toda bestia de la tierra, y a todas las bestias de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, y toda planta verde, les será para comer, y fue así. Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera, y fue la tarde y la mañana del día sexto".

De manera que Dios, varón y hembra los creó. Pero, ¿cuándo es qué se pasa, verdaderamente, a ser Varón y Hembra? ¿Cuándo es que se fusionan los principios masculinos y femeninos de la Seidad? Téngase en cuenta que ese es el trabajo del sexto día, o sea, el sexto trabajo, en el que el Buddhi, la Walkiria, después de haberse desposado con el Caballero, con el Alma Humana, se fusionan ambos integralmente, mediante el Fuego. Entonces queda el Hombre como un Andrógino perfecto, como varón y hembra, con poderes sobre el fuego , sobre los aires, sobre las aguas, sobre la tierra y sobre todo lo que es, ha sido y será. En el último día de la Creación, "Fueron acabados los Cielos y la tierra, y todo el ejército de éllos; acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la Creación".

Cuando se hace el séptimo trabajo, el séptimo día de la semana santa, la Obra queda consumada ("¡consumatum est!", "¡todo se ha consumado!"); entonces sucede la suprema entrega del Espíritu al Padre. Más tarde, en el octavo día, el Padre en el Hijo (en el hijo resucitado) se levanta de entre su sepulcro de cristal, después de la resurrección de los muertos; pero ese trabajo todo, en sí, forma la Semana Santa.






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